Tomates ecológicos, mucho más que sabor
La producción hortícola ecológica da lugar a productos de calidad diferenciada, tanto por su sabor como por el respeto al entorno donde se producen.
Cada vez que te comes un trozo de tomate de la ensalada, te estás llevando a la boca un pedazo de la historia humana y del esfuerzo de miles de agricultores. La historia de esta hortaliza se remonta a hace unos 10.000 años, cuando los primeros hombres tomaron un pequeño fruto silvestre y empezaron a cultivarlo en el continente americano. Cuando los españoles llegaron al nuevo territorio, se encontraron con uno de los posibles antepasados de este fruto, en el que los aztecas veían la forma de un ombligo (en su lengua, xītomatl es ”fruto con ombligo”) y lo trajeron a Europa.
Quinientos años después, se producen anualmente 162 millones de toneladas de tomate en el mundo por un valor de unos 40.000 millones de euros, y se consumen más de 360 variedades de plantas de tomate en todo el planeta, incluidas especies silvestres y domesticadas, denominadas así tras la mejora genética de sus propiedades.
Esa domesticación del tomate ha traído aparejada una pérdida de su sabor de toda la vida, así, pese a ser la hortaliza más consumida en España y en el mundo y atravesar un momento de esplendor, todos los días repetimos la misma frase después de comer tomates brillantes, rojos, perfectos de los que compramos en los supermercados: “los tomates no saben a nada”.
Ahora, gracias a la horticultura ecológica, se están recuperando variedades de tomate que casi no se cultivaban y que son muy apreciadas por los consumidores que buscan el auténtico sabor perdido del tomate. Estos “nuevos” tomates son cultivados en fincas familiares a ritmo lento, alejados de la química, obteniendo de la tierra productos sanos y de máxima calidad que se comercializan en mercadillos cercanos y tiendas locales especializadas dónde cada vez tienen más demanda. Son tomates ecológicos.
Beneficios de los tomates ecológicos
Pero los beneficios del tomate ecológico no radican únicamente en su sabor, según un estudio científico publicado en la revista Food Chemistry por un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona, el zumo de tomate de cultivo ecológico tiene más componentes fenólicos –compuestos de origen vegetal de gran interés nutricional y que pueden proteger al organismo contra enfermedades cardiovasculares degenerativas y cancerígenas –, que el del tomate de cultivo convencional. La investigación aporta nuevos datos al debate científico sobre los componentes de los productos de cultivo ecológico en relación con los de cultivo industrial, a partir del estudio de los componentes fenólicos en zumos de tomate (ecológicos y no ecológicos), y su posible beneficio para la salud humana. Los polifenoles actúan como captadores de radicales libres y son capaces de regular la actividad enzimática con efectos beneficiosos para la salud. Las conclusiones revelan diferencias significativas en el nivel de componentes bioactivos de los tomates de origen ecológico, en comparación con los de cultivo no ecológico.
Estos resultados se podrían explicar por los mecanismos de defensa de las plantas según el tipo de abono empleado en el cultivo orgánico o en el convencional. En todos los cultivos, el factor más importante para el crecimiento de la planta es el nitrógeno. Ahora bien, en el caso de la agricultura convencional, este nitrógeno se puede añadir a la planta como nitrógeno soluble, como fertilizante, etc., mientras que en los cultivos ecológicos, la planta no recibe nutrientes artificiales y reacciona activando mecanismos de defensa que aumentan los niveles de polifenoles.
Y no es la primera vez, anteriormente, otro estudio comparativo realizado en la Universidad de California y publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry, llegó a la conclusión de que los tomates ecológicos contienen una mayor cantidad de antioxidantes. Concretamente, los tomates eco poseen entre un 79% y 97% más de flavonoides, que quiere decir que poseen unos niveles más altos de los antioxidantes encargados de reducir el riesgo de padecer ciertas enfermedades cardiovasculares, la demencia y algunos tipos de cáncer. Al igual que en el caso anterior, ¿de donde provendría esta mayor cantidad de flavonoides? La clave nuevamente está en el método de producción ecológico que no permite el uso de abono nitrogenado. De esta manera, la planta crea sus propios mecanismos de defensa aumentando así sus niveles de antioxidantes.
En la Escuela Internacional de Conocimiento Agroambiental apostamos por el futuro de lo rural, de lo ecológico y por devolverle al tomate el sabor que nunca debió perder, utilizando para ello las técnicas de cultivo tradicionales, como hacían nuestros abuelos, lejos de las modificaciones genéticas actuales. Por eso, si estás interesado en emprender un negocio de horticultura ecológica en el medio rural, nuestro Curso online sobre el tema puede serte de gran ayuda. ¡Consulta toda la información en el siguiente enlace!
Curso on-line sobre horticultura ecológica
Referencias:
Is there any difference between the phenolic content of organic and conventional tomato juices? Anna Vallverdú-Queralt, Alexander Medina-Remón, Isidre Casals-Ribes, Rosa M. Lamuela-Raventos. Food Chemistry. 2012, 130 (1), 222-227.
Ten year comparison of the influence of organic and conventional crop management practices on the content of flavonoids in tomatoes. Alyson E. Mitchell, Yun-Jeong Hong, Eunmi Koh, Diane M. Barrett, D. E. Bryant, R. Ford Denison, Stephen Kaffka. J. Agric. Food Chem. 2007, 55, 6154−6159.