¿De qué se alimenta el lobo?
El lobo es una de las especies más emblemáticas de la Península, capaz de despertar sentimientos encontrados y sobre todo, una enorme pasión.
La palabra lobo, por desgracia, siempre va ligada a conflicto, a repercusión mediática y a discusiones interminables sobre la forma de abordar su gestión. Pero para nosotros, lo esencial, es la manera de asegurar su coexistencia y conservación con la ganadería doméstica y las personas.
Para ello, es fundamental encontrar puntos de encuentro que ayuden a la gestión de una especie emblema de nuestra rica fauna ibérica. Ganaderos, cazadores, ecologistas y la propia administración deben ponerse de acuerdo para garantizar que esto irremediablemente suceda, aunque por desgracia, en el momento actual, todavía nos encontramos lejos de encontrar un equilibrio que beneficie a todos y, principalmente al propio lobo ibérico.
Para lograr ese objetivo es de gran importancia contar con investigadores independientes que con el criterio científico como exclusiva finalidad de trabajo, realicen estudios que nos aporten información sobre la biología, el comportamiento, la dinámica poblacional y cualquier otro dato de interés sobre la especie.
Así, resulta de gran interés conocer de qué se alimenta el lobo para sacar conclusiones y mejorar su gestión. En este sentido, queremos destacar un trabajo llevado a cabo por Cuesta y cols., sobre la ecología trófica del lobo ibérico. Para ello analizaron el contenido estomacal de más de 200 lobos ibéricos recogidos durante 15 años, en la práctica totalidad del área de distribución de la especie. En este caso, los autores encontraron importantes diferencias en función de la zona de estudio considerada, aunque siempre la dieta mayoritaria estaba compuesta por el binomio ungulados silvestres/ganado doméstico.
De esta manera, en zonas como Galicia, comprobaron que la dieta se basaba mayoritariamente en presas relacionadas con entornos humanos, principalmente cerdos domésticos, restos de basureros y ganado, con ausencia casi total de presas silvestres. Por otro lado, en áreas como la Cordillera Cantábrica o la Sierra de la Demanda, la situación se invertía por completo con una dieta basada mayoritariamente en presas silvestres, apareciendo como complemento el ganado.
Ahondando en esta cuestión aunque un poco más lejos, un estudio llevado a cabo por Chavez y Gese en 2005, analizó los hábitos alimenticios del lobo en el Noroeste de Minesota, Estados Unidos.
A pesar de que no se trata de un trabajo realizado con el lobo ibérico, si aporta resultados muy interesantes al respecto. Los autores analizaron durante tres años más de 500 heces de lobo recogidas en el entorno considerado. Durante ese periodo comprobaron que casi el 40% de los restos presentes en las muestras analizadas pertenecían a ciervos de cola blanca, presa mayoritaria en esa zona, seguidos de lejos con un 16% por restos de ratas almizcleras y un 13% de alces. Más lejos aún, con un 10% se encontraron restos de ganado doméstico, 4,4% de cerdo doméstico, 3,6% lagomorfos y un 2% de castores.
A la vista de estos resultados los autores concluyeron que, por un lado, el lobo posee una gran capacidad depredadora y un amplio abanico de presas potenciales de las que se puede alimentar. Por otra parte, destacan también que el lobo prefiere presas silvestres, ciervos o alces, a pesar de tratarse de una región altamente ganadera con un censo superior a 1000 cabezas en el entorno.
En la Escuela Internaciona de Conocimiento Agroambiental somos conscientes de la importancia de conocer todos estos y otros aspectos para garantizar la conservación de los lobos que aún viven en nuestros montes y establecer estrategias que permitan asegurar su coexistencia con los habitantes del medio rural que, día tras día, mantienen y conservan el entorno donde desarrollan su actividad desde hace miles de años.
Por ello, contamos con un interesante Curso online sobre el Lobo ibérico: Coexistencia y Conservación, que aborda de forma profunda éstos y muchos otros aspectos relacionados con la gestión de esta apasionante especie. ¡¡El próximo lunes 27 de marzo comenzamos la 7ª edición!!
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Referencias:
Chavez, A. S., & Gese, E. M. (2005). Food habits of wolves in relation to livestock depredations in northwestern Minnesota. The American midland naturalist, 154(1), 253-263.
Cuesta, L., Barcena, F., Palacios, F., & Reig, S. (1991). The trophic ecology of the Iberian wolf (Canis lupus signatus Cabrera, 1907). A new analysis of stomach’s data. Mammalia, 55(2), 239-254.